Nacido en Barcelona (España), en 1993, Juan Bocanegra creció rodeado del amor que su madre le dio por las tareas artísticas y desde pequeño su debilidad por el arte, hizo que sus padres lo ingresaran a cursos de pintura y danza cuando él tenía tan solo 6 años. En un pequeño estudio que se creó en casa de su abuela, realizó sus primeros cuadros, su abuelo se había dedicado a la construcción y aprovechó materiales que tenía a su disposición como cemento, arena y otros elementos para plasmar lo que sentía en el lienzo.
Sus primeras pinturas fueron bodegones, marinas y retratos que realizó de su familia más cercana, en algunos retratos utilizó su cuerpo y su rostro como modelo, en todas sus pinturas agregó texturas y materiales que encontraba en el estudio.
La danza y la pintura han marcado su vida y carrera, en 2017 realizó una serie de retratos y autorretratos de danza y realizó su primera exposición individual titulada “Amor y Danza”. Allí, presenta un autorretrato que impacta al público por su mensaje, se trata del autorretrato de un niño que ama la danza y llora porque quiere bailar para sentirse libre, pero su sociedad no lo entiende (Un niño bailando en Auschwitz, 2017).
Después de un largo proceso entre la figuración y la abstracción, comenzó a eliminar con óleo los cuerpos danzantes que había pintado y el resultado fue una abstracción derivada de la figuración (1 de octubre, 2017).
La abstracción lo ha acompañado hasta hoy, ha tenido varias etapas, algunas donde prevalecieron las formas circulares como en la obra (Amor de dos II, 2017) y otras etapas rectangulares, donde pintó formas cuadradas para crear un rompecabezas, donde todas las piezas que estaban en la obra, encajaban en una sola forma, como en la obra (Uno, 2019) y (Cinco, 2019).
Después de trabajar en la abstracción y entender que propósito quiere de su trabajo, Juan Bocanegra, pintor y bailarín, tiene como concepto un diálogo entre danza y pintura. La expresión plástica la utiliza para expresar dualismos y conversaciones entre las dos disciplinas, que desarrolla con movimientos antagonistas, para llegar a un equilibrio emocional, con un resultado plástico final. Los temas que utiliza, surgen de su vida cotidiana y de sus viajes por Europa, Asia y América, (Ciel et mer de Saint Tropez I, 2023). En 2024, tras una grave apendicectomía, prometió no dejar de pintar y bailar, ni un solo día de su vida.
Ha participado en exposiciones colectivas en Barcelona, París y Nueva York, entre otras ciudades. Y algunas de sus obras forman parte de colecciones privadas alrededor del mundo.
En definitiva, Juan Bocanegra es un artista que plasma la danza a través de la pintura, sus dos pasiones.
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